La Navidad es una de las épocas que más me gusta del año. Parece que los sentimientos están a flor de piel, me encanta ver a los niños con esos ojos llenos de ilusión y esa sonrisa nerviosa cuando les dices las palabras mágicas "Papá Noel" y "Reyes Magos".
Mis pensamientos durante estos días viajan a mi infancia, cuando poníamos el Belén en mi casa, cuando iba a casa de mis abuelos a pasar las navidades, y mi abuelo siempre nos ponía el calendario del año siguiente colgado a forma de babero para hacer la gran foto, cuando generación tras generación entre las nietas, nos íbamos pasando la copa pequeña de champán, cuando llegaba el día de la Lotería y veía a mi abuelo con toda su ilusion apuntando los números para luego mirar papeleta tras papeleta juntos para ver si éramos ricos, cuando veímos la Cabalgata y luego comíamos churros con chocolate... Todos ellos verdaderos acontencimientos, que justo en este momento que estoy escribiendo se me saltan las lágrimas al recordarlo, quizás la ausencia de ÉL (mi abuelo) en estas fechas, sigue siendo dolorosa por un lado, pero por otro sigo viviendo esta época con ilusión, aunque de diferente forma, porque sé que a él le gustaría verme feliz y celebrando todas estas fiestas como él lo hacía. Gracias a ti, abuelo, por heredar este espíritu navideño.
¡Qué poquito queda para disfrutar de las fiestas!
Besos
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