Hijo es un ser que Dios nos prestó para hacer un curso intensivo de cómo amar a alguien más que a nosotros mismos, de cómo cambiar nuestros peores defectos para darles los mejores ejemplos y, de nosotros, aprender a tener coraje.
Ser madre o padre es el mayor acto de coraje que alguien pueda tener, porque es exponerse a todo tipo de dolor, principalmente , de la incertidumbre de estar actuando correctamente y del miedo a perder algo tan amado.
¿Perder? Fue apenas un préstamo. El más preciado y maravilloso, ya que son nuestros sólo mientras no pueden valerse por sí mismos. Luego, pertenecen a la vida, al destino y a sus propias familias.
Dios bendiga a nuestros hijos, pues a nosotros ya nos bendijo con ellos…
José Saramago.
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