jueves, 5 de julio de 2012

Mamá, ¿De qué color son los besos?

Eran pasadas las nueve cuando, como cada noche, Pablo se deslizó en la cama de su madre y se acurrucó a su lado. ¡Cómo disfrutaba de aquel calor tan familiar y a la vez tan especial!
La miró de reojo y le pregunto:
-Mamá ¿de qué color son los besos?
¿Los besos? Vaya…Pues… los besos pueden tener muchas formas y colores. En realidad, cambian de color según lo que nos quieren decir.
Algunos besos, hijo mío, son pequeños, ruidosos, divertidos y muy, muy bromistas. Son de un rojo brillante como… ¡como las cerezas! Y nos dicen: “Te quiero por tu vitalidad, alegría y frescor”
-¡Ah, como las cerezas que nos ponemos en las orejas como si fueran pendientes! –dijo Pablo
-Eso es

También, hijo mío, hay momentos en los que los besos son jugosos y están llenos de vitaminas de color naranja. Son los que nos dicen:
-Buenos días, es hora de levantarse.
-Ya los conozco –le interrumpió Pablo
Son los que me das cuando me dices: “Te voy a comer a besos”

-¿Y de color amarillo, mamá? ¿Existen los besos de color amarillo?
-¡Pues claro! Los días en los que los besos son cálidos e intensos, su color amarillo brillan como el sol. Es cuando nos dicen cuánto les gusta nuestro cariño y compañía.
-¡Ah, sí! Esos me gustan mucho mamá – dijo Pablo
-Mamá ¿y os que hacen cosquillas en la oreja, las mejillas y en el cuello? ¿Esos de qué color son?
-Pues…ésos…Ésos son los que se mueven al ritmo de la música y son de color verde luminoso como los campos y los bosques cuando sopla el viento. A los besitos verdes les encanta la vida y les gusta ver respirar y crecer a los seres queridos.

La madre viendo que Pablo cerraba los ojos, bajó la voz y continuó:
-A veces en cambio, los besos son largos y tranquilos, de un azul suave como el cielo. Son los que nos explican, que el amor es profundo, sin límites, un amor tan grande que, mires donde mires, parece que nunca se acaba.

-¿Y sabes? Muchas veces los besos son de un color lila oscuro y misterioso. Son besos que nos consuelan cuando estamos tristes o confundidos, ellos nos dicen:
-“No te preocupes, que yo estaré siempre a tu lado”
Pablo, haciendo un esfuerzo por no cerrar los ojos, exclamó:
-¡Mamá, los besos son del color del Arco Iris!
La madre lo miró, sonrió y le besó en la frente. Y con un hilo de voz Pablo volvió a preguntar:
-¿Y este mamá? ¿De qué color era este beso?
-Este hijo mío, era el beso de las “buenas noches”, blanco como la nieve y te quería expresar como me gusta el silencio, la paz y la tranquilidad que siento a tu lado.
Y ¿sabes cómo nació el color blanco, Pablo? De un beso que se dieron todos los colores del Arco Iris.










¡Que nunca nos falten los besos!




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